miércoles, 7 de marzo de 2012

El Molino de la Ciudad, una recuperación frustrada

Artículo publicado en el número de marzo/abril de 2012 de la revista MOLINUM, de la Asociación para la Conservación y Estudio de los Molinos ACEM.

~ . ~ . ~ . ~ . ~

EL MOLINO DE LA CIUDAD, UNA RECUPERACIÓN FRUSTRADA

Pedro Jesús Fernández Ruiz
pedro@murcia.es
www.murciano.org




Tras recibir una antigua postal del Molino de la Ciudad, situado en la población alicantina de Orihuela, nuestro amigo Leopoldo me pide algunas imágenes actuales del mismo, así como un pequeño comentario. En estas semanas, he intentado informarme sobre esta construcción, sus usos a lo largo del tiempo y las problemáticas que en torno a él se han producido en los últimos años. Junto a unas cuantas fotografías, os ofrezco lo que he podido recopilar.
Postal del Molino de la Ciudad (Orihuela), remitida por Carlos Blázquez.



En un meandro del antiguo cauce del Segura, que ahora circula a apenas 200 metros, en tierras de la fronteriza Orihuela, podemos encontrar el Molino de la Ciudad, antigua construcción remodelada a lo largo de los siglos, y que con los escasos pero casi siempre bien aprovechados cauces del viejo Thader, ha servido tanto para la molienda de harina y pimentón como de fábrica de luz. Está declarado bien de interés cultural (BIC) y también está protegido por el planeamiento urbanístico municipal.

En un panel informativo colocado con las obras de acondicionamiento ambiental de las riberas del río, podemos conocer los ingenios en funcionamiento en este punto en las distintas épocas, teniendo segura su existencia ya en el siglo XVI, con 14 muelas. Bien propio de la ciudad, servía de fuente de ingresos, y daba servicio además a las poblaciones de ambos lados de la Vereda del Reino, límite provincial.


Las 6 piedras de moler fueron sustituidas por tres turbinas para producir electricidad a principios del siglo XX, con la reconstrucción del edificio sobre los sillares del siglo XVIII, continuando con ese uso durante varias décadas, sirviendo también sus instalaciones como oficinas de la empresa Hidroeléctrica para toda la comarca.

Tras el traslado a unas nuevas instalaciones de ésta, el Molino de la Ciudad recuperó su antiguo uso, volviendo a poner en funcionamiento sus turbinas para producir pimentón y harina, hasta los años 70, cuando definitivamente para de moler.

En la actualidad, el edificio está abandonado, con las ventanas de la planta baja tapiadas, y con algunas pérdidas en la cubierta. Parte del entorno no está en las mejores condiciones, y parte de las antiguas construcciones anexas amenazan ruina.

Hace algunos años, la Confederación Hidrográfica del Segura (que igual se dedica a destruir acequias históricas y hacer obras faraónicas que a restaurar el cauce del río) adecuó el tramo de antiguo cauce junto al Molino, generando un acogedor jardín con un paseo hasta el casco urbano oriolano, por una zona todavía de huerta tradicional, entre palmeras, naranjos y bancales con diversas plantaciones.

A la izquierda, puente restaurado. A la derecha, fachadas posteriores sin restaurar.

En estas obras, se restauró también el puente del Molino, construido sobre el azud del mismo, del que se conoce su existencia ya en el siglo XVII, mejorándose su fábrica a principios del XVIII. El puente cuenta con protección propia en el PGOU, con grado uno. Actualmente se usa para acceder al molino desde el antiguo meandro rehabilitado.

Testigo mudo del abandono y deterioro progresivo de este molino es un cartel de su “Rehabilitación integral” a cargo de fondos europeos, en un programa de desarrollo rural comunitario con la participación de las administraciones estatal, autonómica y provincial. Como se puede ver en las fotografías, no se llegó a poco más de la limpieza de la fachada situada junto a la pasarela donde acaba el puente. Las otras tres fachadas, así como las cubiertas y el interior, no llegaron a conocer esta rehabilitación, según parece.



Una escuela taller promovida por el empresario que reivindica la propiedad del inmueble comenzó a realizar los trabajos de restauración, que no pasaron de lo escrito antes. En el blog “Patrimonio Industrial Harinero” de nuestro compañero Javier Revilla, encontramos información sobre el intento de ubicar en este molino una subsede de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), que reivindica la propiedad del inmueble al estar situado en dominio público hidráulico, pero que en 2009 seguía sin tramitar la caducidad de la concesión administrativa del molino.

A pesar de las intenciones hechas públicas por ambas partes, CHS y concesionario, de llegar a un acuerdo para la cesión al organismo de cuenca y la rehabilitación del inmueble, y los trabajos iniciados en esos momentos con la escuela taller, al acabar la misma, no se ha avanzado en ninguno de estos aspectos.

Hoy, el molino sigue esperando una actuación que zanje su proceso de degradación antes de que llegue a convertirse en irreversible, y que devuelva al lugar que se merece a esta imponente construcción en la más alta de la Vega Baja.

Por desgracia, no hay ni un solo indicador de cómo llegar al molino en coche, en ninguna de las carreteras por las que hay que circular para llegar al mismo. La forma más fácil es por la N-340, antigua carretera Murcia-Alicante, al oeste de Orihuela, en el nudo del punto kilométrico 683, cogiendo aquí la carretera del servicio del Trasvase Tajo-Segura, siguiendo las muy visibles tuberías que conducen el agua a varios metros de altura. Antes de llegar a cruzar el río, entraremos por la Vereda de la Ermita al rincón del Molino, ya que éste da nombre al pequeño lugar en el que se agrupan unas cuantas casas en torno a él. La otra opción es intentar seguir el curso del río aguas arriba desde Orihuela, para lo que habrá que pasear unos cuantos minutos en un terreno llano y acondicionado.

Elementos del molino abandonados durante décadas.

Parece ser que los expolios de elementos metálicos de este y otros molinos de la zona se han sucedido en los últimos años. En las edificaciones anexas podemos ver apiladas las antiguas piedras, así como otros elementos en este caso de madera, como una tolva, algo que no se debería permitir en un BIC, y para lo que las administraciones local y autonómica deberían tomar medidas, ya que las leyes las habilitan para ello, cuando el propietario no se hace cargo de velar por la correcta conservación del bien.

Solo me queda añadir que espero que no se siga perdiendo más el tiempo en tomar medidas para la conservación de este molino, que todavía está en condiciones de poder rehabilitarse con una intervención que de seguir dejando pasar los años, será mucho más costosa y difícil, como por desgracia estamos acostumbrados a ver en el patrimonio de nuestra huerta, abandonado y dejado durante años hasta que no aguanta más esta sinrazón.

Panel informativo:



Referencias en internet:





http://www.minutocero.es/galeria.php?tipo=foto&id=341